Para muchos individuos de mi generación era imperativo obtener un título profesional. La presión familiar era sutil pero contundente. “si no tienes una profesión, no serás nadie en la vida”. Este tipo de frases eran una sentencia que a gente tan inquieta como yo realmente nos pesaban. A principios y mediados de los 70’s muchos de nosotros tuvimos contacto por primera vez con una computadora a través de un juego de video que mostraba en la TV (blanco y negro en mi caso durante muchos años) dos barritas a cada lado, una raya mas grande en medio y un cuadrito que semejaba una pelota. Lo jugamos un rato y posiblemente terminó arrumbado en un rincón poco tiempo después. Si nuestros padres hubieran vislumbrado tan siquiera como un sueño de opio lo que sucedería diez años después por culpa de lo que contenía este aparatejo, Microsoft e Intel hubieran sido una S.A. de C.V. Bueno, se vale soñar.
Como resultado de la presión de nuestros tradicionalistas padres, al cabo de los años una vez alcanzada nuestra “edad productiva” muchos acabaron es disciplinas muy ajenas a lo que deseaban, y en el menos peor de los casos, subempleados, haciendo que muchos nos enfrentáramos al hecho cada vez más común de que el tener una profesión universitaria no era garantía de seguridad y estabilidad económica. En buena medida esta “saturación” del mercado laboral profesional en diversas areas fue de alguna manera solucionado con el apoyo del gobierno a la preparación técnica especializada posterior a la educación secundaria. Al menos nos heredaron algo bueno.
A pesar de estos hechos, a principio de los 90’s la educación en general adolecía de una preparación específica en áreas tales como la computación e inglés. La educación en estas áreas fue hasta hace unos años solo para unos cuantos que podían pagar los altos costos de educarse específicamente en cualquiera de las dos o en ambas. En la actualidad afortunadamente ambas materias han permeado incluso a la educación pública haciendo indispensable ambos conocimientos en cualquier profesión u oficicio en el que nos desempeñemos.
El dominio de ambas disciplinas ya no es posible considerarlas como optativas o simplemente como una ventaja competitiva en el ámbito laboral. Hace algunos años, siendo aún estudiante del ITM, un maestro de Algoritmos y Programación nos comentaba acerca de un estudio realizado por la ONU respecto a las lenguas que se hablarían en el planeta en un futuro no muy distante. Dichas lenguas serían: Inglés, Español y Lenguajes de Computación; dependiendo del cual fuera el que se dominara, sería la posición del individuo en esa sociedad. Podríamos incluso ser osados al parafrasear aquella famosa frase, pero con una pequeña modificación: “La programación os hará libres”. Se las dejo para meditar.
El inglés como segundo idioma todavía ofrece mayores posibilidades laborales a aquel que lo domina que al que no. La computación, en todo su amplio contenido, ofrece grandes posibilidades a aquel que domina las aplicaciones mas populares y las herramientas mas comunes. Ni que decir de aquel que profundiza un poco mas y conoce diversos sistemas operativos y puede incluso administrar una red.
Si podemos de alguna manera calificar la ausencia del conocimiento computacional o del inglés como segundo idioma, no exageraríamos al definirla como analfabetismo contemporaneo, una variación de lo que sería no saber leer o escribir en nuestros días, que dicho sea de paso todavía se presenta en nuestra sociedad. Actualmente muchas empresas se preocupan por educar a sus empleados en ambas disciplinas con maestros que acuden al lugar de trabajo a impartir sus conocimientos, ofreciendo una posibilidad de superación única que desafortunadamente no muchos aprovechan. En los años por venir serán conocimientos que no solo nos garantizarán un lugar en el sector laboral o un mejor salario a nosotros, sino proveerán a nuestros hijos con el ”mínimo necesario” para los retos que deberán superar. No podría asegurar a ciencia cierta si será posible que vislumbremos cómo serán los años por venir dada la vertiginosa velocidad con que se dan los cambios en nuestros tiempos actuales pero con un poco de sentido común podríamos afirmar que la verdadera preparación para el futuro sigue y seguirá siendo la que se da en el seno familiar. Con el conocimiento técnico no hay problema, éste se puede adquirir sobre la marcha.
Ahora en estos tiempos, es muy fácil aprender cualquier cosa. Es cierto que la mayoría de nosotros no somos dados a ser autodidactas pero con un poco de esfuerzo y dedicación es posible lograr grandes cosas. Si la computación es un tabú mayúsculo para usted, no se atemorice por colocar sus manos sobre un teclado y un ratón . Usted tiene el control y en muy poco tiempo puede dominar cualquier programa que usted desee. Ahora es posible encontrar libros de facil aprendizaje y en español de computación e incluso para aprender inglés. Si tiene el dinero, pague un curso específico de un programa en especial como primer paso y después pudiera continuar por si mismo, si así lo desea. Atrévase a entrar al fascinante mundo de la computación. Después, será como usar el tostador o el micro. Incluso mas sencillo.
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